Mito de la Creación azteca
El núcleo doctrinal de la religión azteca gira en torno a leyendas que hablan sobre la creación del mundo.
La leyenda aseguraba que el mundo había sido creado y destruido cuatro veces por los dioses. Las creaciones obedecían al deseo de que hubiera hombres buenos que les rindieran culto. Las destrucciones eran consecuencia de los pecados de los hombres, que no terminaban de vivir ordenadamente, como los dioses mandaban. El primer mundo fue arrasado por grandes huracanes; el segundo, por inundaciones; el tercero, por una lluvia de fuego, y el cuarto, por unas fieras salvajes.
Después de esto, los dioses estuvieron tentados de no volver a crearlo de nuevo y dejarlo en la oscuridad, sin sol ni estrellas; pero éstos se reunieron en Teotihuacán (una ciudad anterior a los aztecas) y decidieron hacer un último intento.
Para ello, un dios se arrojó al fuego y se convirtió en sol, mientras otros hicieron lo mismo para transformarse en estrellas, lunas, etc.
Surgió así el último mundo, el quinto, en el que vivía la humanidad.
Las tradiciones aseguraban que terminaría igual que los anteriores, cuando los hombres dejaran de obedecer las normas morales de sus dioses. Sobrevendría entonces un enorme terremoto que lo asolaría todo.
El cataclismo comenzaría cuando el sol perdiera su fuerza y dejara de brillar.
Así, los aztecas asumieron el papel de ser los salvadores de la humanidad. Para esto organizaron una sociedad y una religión rígidas, con patrones de conducta ejemplares, y se dedicaron a ofrecer sacrificios a los dioses.
El mayor que puede concebirse es, naturalmente, la vida humana, lo más valioso, y, además, el alimento que daba energía al sol: la sangre humana.
Empezaron así la escalada de sacrificios humanos, pues sin un derramamiento de sangre continuo el sol se pararía y el mundo se hundiría en la muerte.
Así, las actividades bélicas estaban ampliamente justificadas desde el punto de vista práctico-religioso que los mexicas tenían sobre sí mismos.
Dioses aztecas
La religión azteca era fundamentalmente politeísta, si bien en las clases populares las ideas mágicas desempeñaban aún un gran papel, mientras en algunos círculos intelectuales, como la corte de Netzahualcóyotl de Texcoco se tendía hacia el monoteísmo.
Huitzilopochtli:
Tezcatlipoca:
Quetzalcóatl:
Está relacionado con la enseñanza de las artes y, por tanto, actúa como introductor de la civilización. Sus devotos, para venerarlo, se sacaban sangre de las venas que están debajo de la lengua o detrás de la oreja y untaban con ella la boca de los ídolos. La efusión de sangre sustituía el sacrificio directo.
Tláloc:
Dios de la lluvia, casado con Chalchiuhtlicue, diosa del agua, a la que se solía representar con la imagen de una rana, y con la que tuvo muchos hijos: los tlalocas o nubes. Vivía en un paraíso de aguas llamado Tlalocan, donde iban los que habían muerto en inundaciones, fulminados por un rayo o enfermos de hidropesía, que allí disfrutaban de una felicidad eterna. Le ofrecían niños y doncellas en sacrificio. Los campesinos, en previsión de sequías, hacían fabricar ídolos a imagen de Tláloc y los veneraban ofrendándoles maíz y pulque.
Chicomecóatl:
La diosa principal de la agricultura, otra forma de la deidad del agua, Chalchiuhtlicue. Su festival se celebraba entre junio y julio, cuando la planta del maíz había madurado completamente.
Xólotl:
Dios del lucero de la tarde, representaba las formas ascendentes y descendentes del fuego. Dios monstruoso, aparece en algunas de sus representaciones con las cuencas de los ojos vacías porque, según la leyenda, al sacrificarse los dioses para dar vida al nuevo Sol, se puso tan triste y lloró tanto que los ojos se le cayeron de las órbitas.
Mictlantecuhtli:
Chalchiutlicue:
Chalchiutlicue era la compañera de Tlaloc dios de la lluvia: tenían poder sobre las aguas. Ambos fueron creados por los cuatro Texcaltipocas.
" La falda de jade " era de las diosas mas veneradas. Tenia el don de la purificación.
Huehuetéotl:
Dios del fuego, en todas las áreas de mesoamérica, se le representaba como un anciano con gran sabiduría obtenida por la experiencia de los años. Dios viejo, dueño del tiempo, el abuelo divinidad sagrada del fuego, con grandes conocimientos y sabiduría, que transmite a sus adoradores.
Arquitectura de la cultura Azteca
ResponderEliminarLa arquitectura azteca refleja los valores y la civilización de un imperio, y estudiar la arquitectura azteca es fundamental para entender la historia de los aztecas, incluyendo su migración de un lado a otro de México y su nueva representación de rituales religiosos.
Detalle Tenochtitlán
Tenochtitlán, la ciudad capital, simbolizaba el poder azteca. La arquitectura azteca, que era similar a la de otras culturas mesoamericanas, poseía un innato sentido del orden y de la simetría.
Los diseños geométricos y las líneas extensas eran representaciones de dogmas religiosos y del poder del Estado. Además, los aztecas usaron bajorrelieves, muros, plazas y plataformas como medios con los cuales representar a sus dioses e ideales.
Ejemplos de la monumentalidad y grandeza de los aztecas se hacen evidentes en el Templo Mayor, cuya plaza podía dar cabida a 8,000 personas, y en el mercado de Tlatelolco, que podía albergar a 20,000 personas en los días de mercado.
pero donde crearon cada una de esta imagenes
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